Es mejor evitar colocar el secador directamente debajo de la extrusora. Las razones son las siguientes:

1. Temperatura ambiente excesiva
   Los secadores liberan una cantidad significativa de calor, lo que puede aumentar drásticamente la temperatura ambiente, especialmente en verano. La propia extrusora ya genera un alto nivel de calor. Si el secador se coloca debajo, el aire caliente que asciende del secador hará que el entorno de trabajo del segundo piso se vuelva extremadamente caluroso, a veces alcanzando temperaturas de 50–60 °C. Esto no solo afecta la comodidad y seguridad del personal, sino que también tiene un impacto negativo en el rendimiento y la vida útil de los armarios de control eléctrico in situ.
2. Problemas con la recuperación de condensado y el suministro de agua al acondicionador
   Si el secador se instala en la planta baja, se vuelve más difícil recuperar el condensado de manera eficiente y suministrar agua al acondicionador de la extrusora, que depende de tuberías asistidas por gravedad en muchos diseños de sistemas.

También, algunos posibles inconvenientes a considerar con la colocación más alta del secador:

1. Consideraciones de carga estructural
   Los secadores son pesados y pueden generar fuertes vibraciones. Instalarlos dos pisos por encima requiere un piso estructuralmente reforzado, lo que aumenta la complejidad y el costo de la construcción.
2. Aumento de los costos de energía y manipulación de materiales
   Transportar la alimentación semiprocesada (gránulos húmedos con 22–25% de humedad) verticalmente agrega complejidad. Aumenta el riesgo de derrame, deformación, segregación o contaminación del producto.
   Mover material húmedo desde la extrusora (en el segundo piso) hasta dos pisos requiere transportadores adicionales o elevadores de cangilones, lo que genera un mayor consumo de energía y necesidades de mantenimiento.

En resumen, nuestra configuración propuesta es generalmente la mejor práctica para la disipación de calor y la eficiencia del flujo de trabajo, pero el refuerzo estructural, la eficiencia energética, el control del polvo y el acceso al mantenimiento deben optimizarse para evitar costos adicionales y riesgos operativos.